¿Por qué estamos aquí? Quizá resulte un poco confusa esta pregunta en relación a la Ley de Polos, la cual es una de las 7 Leyes Universales Superiores que explican los fundamentos estructurales del Universo. Pero a decir verdad, tiene más que ver que lo que te imaginás. La respuesta a esta pregunta ha sido hecha por infinidad de personas, mas solamente aquellas que estaban y están completamente compenetradas en ascender, son las que le han dado respuesta. Y esta es la misma a lo largo de todas las diferentes culturas originarias y de todas las épocas y tiempos. Aunque antes de dar respuesta a esta pregunta,vamos a ver su fundamento: La Ley de Polos. Ley de Polos Esta Ley Divina tiene como matema fundamental: “Todo tiene dos polos”. Honestamente, si no nos sumergimos en el por qué de esta conjunción de significados, no tiene el más mínimo aporte a nuestras vidas el decir que todo tiene dos polos. Sin embargo, si nos metemos de lleno en este tema, vamos a comprender qué se dice en lo que se dice a través de dicho matema.
Todo tiene dos polos, todo tiene su opuesto. Este opuesto no es lo contrario, sino su complemento. Como cuando dos o más almas gemelas se dividen en el plano onírico, éstas son opuestas en muchos aspectos, pero al integrarse entre sí, se fortalecen al punto de complementarse Totalmente; logrando un mejor recorrido en la vida que el que se lograría hacer por nosotros mismos individualmente. Ejemplos de esto hay miles, o mejor dicho, infinitos; entre ellos: bueno y malo, lindo y feo, oscuro y luminoso, grande y pequeño, etc.
Aunque esta información se la puede encontrar en cualquier lado, quiero ir más allá de lo que podrías encontrar fácilmente en cualquier otro lugar. Ya que el propósito y motivación de hacer estos posts es para que vos aprendas verdaderamente acerca de estos y más temas, que los estudies, entiendas, comprendas y apliques a tu vida cotidiana para lograr así habitar la realidad que deseás, y no la que se te imponga que tengas que vivir. Es por eso que iremos más allá en la Ley de Polos.
¿Has oído alguna vez referencias del estilo “padre cielo”, “madre tierra”, “padre Sol”,
“madre Luna”? Lo más probable es que tu respuesta sea que sí. Esto, entre otros temas
que no tocaré ahora mismo, hace referencia (también) a las energías masculinas y energías femeninas de algo o alguien. A las energías positivas y negativas. A los dos polos de un imán. Todo, absolutamente todo en su estructura base se comporta de esta misma manera. Son dos polos con carga opuesta que se complementan y dan lugar a todo lo que existe y a todo lo que puede existir, aunque aún no lo haga. Y sería tonto pretender calificar de bueno o malo a cada polo para definir cual es que hay que tachar/evitar y cual es el que hay que aceptar. Decir que algo es malo o es bueno, es una construcción moral, proveniente del Gran Otro (conocido en psicoanálisis de esta manera) que es básicamente la sociedad que nos inflige sus pensamientos y sientan las bases de desde donde pensaremos en el futuro.
Porque básicamente es eso lo que son nuestros cerebros: un compendio de información
arraigada por otro; algo totalmente ajeno y para nada propio. Pero, ¿para qué te enseño
esto? Lo hago porque hay que desarraigarse de la falsa premisa de que algo es bueno o
malo. Es una proyección de nuestra construcción moral sobre un fenómeno. Y dicho
fenómeno por naturaleza no es ni bueno ni malo; es lo que es. Dos polos
complementándose, y que dependen de quién lo mire para que los defina según su ética y moral.
El ser humano está fascinado con evadir un polo y aceptar al otro: “¿hago esto o hago
eso?”, “¿me compro esto o lo otro?”, “¿está bien o está mal que haga aquello?”. Pero
JAMÁS vas a escuchar de una persona promedio decir: “¿qué hago para hacer ambas
cosas?” o “¿y quién dijo que algo es bueno o malo? Lo hago porque lo deseo,
independientemente de lo que la moral ajena opine”. Dudo en demasía que alguien piense así normalmente. Es decir, yo lo hago, pero no conozco muchos, por no decir que son contados con los dedos de una mano, que no evadan un polo o incluso ambos e intenten avanzar al máximo potencial sin siquiera hacer la mitad del recorrido.
Es esto precisamente lo que define un principio fundamental en el Universo:
Vivimos en un plano dual. Todo es dualidad.
Debido a la Ley de Polos, todo es dual, por lo tanto, en lo que decimos también se produce la dualidad: entre lo que decimos y lo que queremos decir. Entre lo que queremos emanar al Universo y lo que en realidad estamos emanando. Y aunque parezca “loco” pensarlo, este es el único plano en el cual hay dialéctica. Ya que los planos superiores, son efectivamente superiores porque todo lo dialéctico, todo lo que permanecía separado en lugar de estar integrado, aquí sí lo está. Está integrado, funcionando sinérgica y complementariamente. Ambos polos sumándose para llegar a un foco superior desde el cual habitar la realidad que deseamos. Siempre en el estado más elevado. No existe bueno o malo, gordo o flaco, feo o lindo, todo por separado y tachando alguno de los dos polos. Sino que trabajan en conjunto para habitar un foco superior a cada una de las componentes.
Este punto hay que entenderlo bien: NO EXISTE OTRO LUGAR EN EL TODO QUE SEA
DIALÉCTICO, MÁS QUE ESTE PLANO EN EL CUAL VIVIMOS.
Para complementar este concepto es necesario entender, al menos entender, que la estructura universal está fundada en un “toroide”. Un toroide es como el que se muestra en la imagen, y el plano de lo denso está ubicado exactamente en el lugar donde la energía alcanza su punto máximo de densificación: el cinturón externo medio. O sea, toda la circunferencia del toroide en su parte más ancha. Esto indica que venimos desde la Luz, y hacia la Luz nos dirigimos. O, al menos, eso es lo que algunos de nosotros deseamos hacer e intentamos hacerlo. Por lo que, este plano denso es el único que tiene la característica de tener materia, de tener dialéctica, de complementar 3 en uno: Espíritu (esencia sutil), alma (energía vital) y cuerpo (materialización de la esencia), en un mismo ser pensante.
Es por eso que si nos ponemos a pensar más allá de lo que nos impusieron pensar,
inevitablemente llegaremos a esta conclusión: Entonces, si antes de estar aquí no
conocíamos la dialéctica, y en planos superiores, esta dialéctica ya está conciliada… ¿será que estamos aquí para aprender a conciliar dialécticas? La respuesta podría ser
rápidamente un sí rotundo, pero este no es el único motivo. Ya que hemos visto que este
plano denso es en el único que hay materia, dialéctica y seres pensantes que integren los tres registros de la existencia en sí mismos. Por lo que, la respuesta correcta es: Sí;
parcialmente. La pregunta cuya respuesta es un sí rotundo es “¿Estamos aquí, en este
plano denso, para aprehender a utilizar integradamente nuestra esencia, nuestra energía y la materia reflejada en nuestra realidad, conciliar dialécticas y no tachar el polo de lo denso cuando intentamos avanzar en nuestro camino espiritual?” Ahora sí, la respuesta es un SÍ absoluto.
Desde ahora, ya no son más un misterio las famosas preguntas: ¿De donde venimos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Adonde vamos?
De hecho, se dan cuenta que están hablando del desde donde (tu enfoque), el adonde (La Palabra representante de tu resultado) y el por qué estamos aquí, lo cual explicamos recién. Dando por contestadas estas preguntas, podés orgullosamente sentirte feliz de ser una de las pocas personas que conocen el sentido de la vida en este plano, y es más, hay más allá que todo esto en los planos subsiguientes. Pero eso no podremos imaginarlo a menos que lo experimentemos llegado el momento. Sin embargo, mientras tanto, podemos sentir que nos realizamos en cierto aspecto, y que desde hoy veremos la vida de un modo más luminoso, más bello, más comprensible, y con muchas más ganas de seguir aprehendiendo (más allá de aprender, adquiriendo y entendiendo profundamente ese conocimiento) y continuar avanzando en el camino de la vida. El cual no cesa jamás, y verdaderamente, no hay algo mejor que continuar recorriendo.
Muchas gracias por leer este post. Ojalá te haya aportado mucho.
Un saludo grande y que tengas un maravilloso día.
Ezequiel
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