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  • Foto del escritorÁngeles y Ezequiel

Leyes Universales: 2 - La Ley de Vibración


Todo es vibración, incluso nosotros mismos.

Deseo comenzar con una anécdota a modo de prefacio de este tema tan intrigante e importante en nuestra vida cotidiana, como también más allá de ésta.


Era el año 2018 y yo ya estaba inmerso en lo más profundo del espiritismo y la hechicería, mas me encontraba en un estado de mi vida que no deseaba que perdure. Es por eso que durante un tiempo libre en el trabajo que realizaba en ese entonces, decidí buscar acerca de la tan aclamada “Ley de Atracción”. Yo ya comprendía que la realidad se crea mediante órdenes, mas no sabía que esta no era una forma de hacerlo, sino que es la estructura desde donde todo surge. Sin embargo, no entendía por qué había tantísima gente que clamaba que la Ley de Atracción les funcionaba y les había cambiado la vida, y a mi, aunque la conociera y lo intentara, eso no ocurría la mayoría de las veces.


La investigación fue bastante corta, ya que en uno de los resultados de búsqueda se mencionaba algo que jamás había oído: “La Ley de Vibración”. Yo me quedé pasmado, ya que no entendía qué era esa “nueva” Ley Universal que estaba presenciando por primera vez en mi vida (al menos, en esta encarnación). Es allí donde, tras haberme inmerso a fondo en el tema, comprendí de qué se trata y, por lo tanto, de qué “no me funcionaba” la Ley de Atracción.


Para hablar de ése tema en específico, es necesario que recorran lo mismo que yo recorrí para entender esta Ley Universal y comprender el funcionamiento de la misma en todos los aspectos del Universo; lo cual, incluye tu vida cotidiana.


Esta Ley menciona lo siguiente como matema fundamental: ‘Nada está quieto. Todo vibra”. Con esta definición, difícilmente podríamos comprender de que se trata. A lo sumo entenderíamos que todo lo que existe está en constante movimiento. Es allí donde entran las propiedades de esta Ley para entender completamente su funcionamiento.


Todo lo que existe está compuesto de esencia vibrante. Esta vibración tiende a integrarse a lo que vibre similar, y de permanecer sin interactuar con lo que vibra diferente. Es allí donde surge la primer CARACTERÍSTICA de la Ley de Vibración: “Lo similar atrae a lo similar”. Un segundo... ¿Esa no es la definición de la Ley de Atracción? Como les adelanté en el post acerca de Las Leyes Universales, esta característica principal de la Ley de Vibración es conocida como una Ley en sí misma. No está mal, pero no hay que pretender que una característica de algo más grande sea considerada como una Ley en sí misma y separada de lo que verdaderamente le da origen. Sí es cierto que cambiarle el nombre o el concepto no va a variar los resultados que ésta tenga. Sin embargo, obrar de ignorantes no nos facilita en lo absoluto el camino de la evolución individual y propia.



Conexión vibracional entre uno y lo que vibre similar

Prosiguiendo, otra de las características principales de la Ley de Vibración es que si dos esencias son creadas a la par o si dos esencias se entrelazan porque vibran similar, existe un vínculo vibracional armónico e inquebrantable que perdura a pesar de la distancia. Ya que la conexión no se ve afectada por el espacio/tiempo, sino que es, literalmente, una conexión automática que trasciende las barreras espaciales y temporales. Esto llevado a la vida cotidiana se ve reflejado en, por nombrar algunas cuestiones:


  • Conexión con otra esencia (ya sea mineral, vegetal, animal y/o ser humano).

  • Vos emanando una cierta energía que vibra afín con el resultado que deseás tener materializado en tu vida.

  • Vos y tus otras versiones de dimensiones paralelas (ya sean otras dimensiones o la misma en diferentes tiempos).

  • Vos y tus vidas pasadas y futuras (sí, podés hacer videncia a vidas futuras también).


Todo esto y mucho más es lo que se ve directamente influenciado por la Ley de Vibración. Principalmente, porque Todo y todo es vibración. Entonces, es imposible que algo funcione por fuera de ésta Ley Universal, ya que en nuestra estructura básica, somo eso: vibración.


Y es aquí donde podemos dar respuesta a por qué a veces la Ley de Atracción te funciona y a veces no. En realidad, jamás “no funciona”. Si vos estás deseando algo, pero realmente estás emanando miedo a no lograrlo, o te contradecís en lo que decís, o incluso decís que querés algo y lo sentís, pero en tu pensamiento no lo tenés realmente definido y eso te confunde, tu vibración cambia constantemente y no vas a vibrar afín a lo que pensás/decís/sentís que lo hacés. Es como decir que vas hacia delante, pero te da miedo avanzar. O pensar en ir a la izquierda, pero te movés yendo a la derecha. Es una división de fuerzas, una discordia en tu dirección vibracional que, por consiguiente, atraerá exactamente lo mismo que esté vibrando: discordia.


A veces atraerás lo que deseas porque tus pensamientos, tu palabra y tu emoción están alineados. Y otras veces no atraerás eso que estás diciendo o sintiendo, simplemente porque tu enfoque está en otro lado y eso genera una discordancia en tu vibración, no haciéndola afín a eso que deseás.


La Ley de Atracción, si la tomamos como una Ley Universal en sí, siempre funciona. Ya que habla acerca de desde donde está estructurado el Universo. Sencillamente, si vos sabés que algo vibra “A” y vos estás vibrando “AB”, quizá lo atraigas levemente -cual imán dévil atrayendo a un objeto metálico pesado-. Sin embargo, si tu emanación es convergente (tenés alineados el pensamiento, la palabra y la emoción) jamás atraerás otra cosa que no sea lo que vos realmente estás deseando atraer.


Este tema en particular es extremadamente extenso y se puede ver en muchísimos aspectos de la vida. Es por eso que la explicación estructural de esta Ley Universal Superior que he estado haciendo, la dejaré explicada hasta aquí. Sin embargo, no olvido que uno no se eleva por medio de la meditación, las buenas vibras y conectándose con la constelación Sirio (por cierto, estaba siendo sarcástico), sino que esta y todas las Leyes Universales hay que aplicarlas tanto para lo espiritual como para lo emocional y lo denso. Por lo que les explicaré a continuación cómo utilizarla en tu día a día:




Utilización Práctica de La Ley de Vibración


Como lo mencioné en el post de la Ley de Mentalismo, uno tiene que definir exactamente la idea de lo que uno desea crear en su vida, sin condicionamientos del miedo, la desvalorización, las inseguridades, la preocupación, el deseo y voluntad de otros, las opiniones ajenas, etc.


Una vez que tenés definida tu idea/pensamiento, estate seguro de que eso que querés en tu vida es algo tangible (no intentes invocar como tu resultado al amor, la felicidad, la paz, la tranquilidad, y demás conceptos ambiguos, abstractos y que NADA TIENEN QUE VER CON UN RESULTADO, sino que más bien hablan de un ESTADO EMOCIONAL). Sí; las emociones tienen que ser total y rigurosamente controladas para que no les tire a la basura su resultado.


Una vez que están seguros que lo que desean y han controlado cada posible desvío en entre lo que desean y lo que sus automatismos del ego y de la influencia ajena te imponen, ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO decirlo. Sí, decirlo. Ya sea en tu mente o hablando en voz alta, tenés que darle orden a eso que estás pensando; a ese concepto que tenés en tu mente. Para esto hay que asegurarse de que lo que decís, sea realmente una invocación (aquello que sale de tu boca) que se dirija adonde vos querés que se dirija. Por ejemplo, si lo que yo quiero es conseguir 10 mil pesos el día viernes próximo, decir algo como “el viernes que viene voy a conseguir 10 mil pesos” JAMÁS va a servir. Imaginate si vos fueras el Universo y estás escuchando esa invocación. ¿No te entraría la duda de a qué “Viernes que viene” se refiere? ¿o si se refiere que llegado el Viernes recién se define que en algún momento del futuro “va a” conseguir 10 mil pesos? ¿o quizás si se refiere a que lo consigue por su cuenta o se refiere a “recibirlo”? Probablemente hayas dicho que sí a una sola de estas preguntas y las otras jamás te hubieras imaginado que importaban. PERO SÍ. El Universo es como un conductor: si vos no le decís con exactitud la dirección a la que vas, no te va a dirigir hacia destino alguno. Es por eso que tenés que definir perfecta y exactamente la fecha en la cual RECIBÍS/GANÁS ese dinero (la acción/estado en tiempo presente y usando MUY SABIAMENTE CADA VERBO. Por ejemplo, si digo “recibir”, yo no tengo que hacer cosa alguna para recibirlo, mas que la propia acción de recibirlo. Sin embargo, si digo “gano”, ese dinero me lo tendría que ganar sí o sí para que entre en mi realidad. ¿Se entiende?


Es por eso que en El Kybalion se menciona: “Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría”. Esto se interpreta así: ATENDÉ A ESCUCHAR, para así INVOCAR CONECTADAMENTE con tu resultado. Si vos escuchás los desvíos en tus dichos, en tus pensamientos, en tu sentir, en tus acciones, vas a lograr dilucidar por qué no lográs lo que deseás lograr. Por ejemplo, “querer” algo no es igual a “desear” algo. Querer no implica acción, solo una opción de gusto que incluso es un automatismo, un auto-reflejo del inconsciente. Sin embargo, al desear algo, esto es propio de cada uno. Desear conlleva decisión, firmeza, y mantener esa llama encendida en vos mismo constantemente, incluso una vez logrado tu resultado. Entonces decir “quiero tal cosa” no será jamás densificado en esa cosa. Ya que lo único que estarías haciendo es “soltar una vala al aire” sin dirección alguna.


Otro ejemplo muy común es el pretender hacer los llamados “decretos” (que son simplemente frases copiadas, sin escucha, sin sentido propio, sin deseo propio y repetidas cual lorito) diciendo cosas como “desde ahora soy feliz y vivo en abundancia”. ¿Sabés que estás emanando al Universo cuando decís eso? Un completo desastre. Cuando decís “desde ahora soy feliz” depende de vos. No va a venir un hada madrina a hacerte feliz porque vos lo “decretaste”. La felicidad es una emoción, y una emoción está comandada por pensamientos; y esos pensamientos son y deben estar controlados, comandados y decididos por vos. Por lo que, el sentir en realidad es un estado, no una forma de ser constante la cual es dictada en piloto automático por la situación que estés viviendo. Vos tenés que decidir en qué emoción estás. Es por eso que se lo llama “ESTADO de ánimo” y no “ser de ánimo”. Además, ¿en qué medís la felicidad? ¿En cuán bien te va en la vida? ¿En si tenés trabajo? ¿en qué? La felicidad no se mide, sino que SE DECIDE. Y bajo este sólido sustento, si vos decidís enfocarte en lo que vos deseás, y decidís sentirte de la manera que a vos te emane eso que deseás, lo que vas a conseguir irremediablemente es estar feliz, en paz y armonía. Continuando con la invocación de ejemplo, en la parte de “vivo en abundancia” no se especifica en qué tipo de abundancia vivís. Si en abundancia de peso, en abundancia de deudas, en abundancia de tumores, en abundancia de amigos, ¿en abundancia de qué? ¿Entendés? No intentes decir la típica frase, perdón por la expresión, pelotuda de estar en abundancia o “desde ahora soy rico y pienso con mente millonaria” (lo menciono porque es algo común hoy en día escuchar semejante sandez). Escuchá qué es lo que estás diciendo, desde dónde lo decís y adonde te vas a dirigir si eso se materializa.


Una vez controlada la frase, de hecho, a la par que se la dice o piensa, hay que emanar el sentir que tendrías si tuvieras ese resultado en ese mismo momento. No solo sentirlo, sino que visualizar como si ya estuvieras habitando tu resultado. Esto es el combustible que propulsará tu invocación al mundo onírico (plano etéreo de la Luz) donde esta Luz, este plasma/prana de vida se nutrirá de tu invocación y se densificará en tu resultado. Quiero dejar muy bien en claro que no basta con hacerlo una sola vez y no hacerlo más. Tampoco basta con estar seguros una vez y luego decir esa frase con inseguridades. Cada día cuando te levantás, tal como si le estuvieras contando al Universo qué es lo que va a ocurrir en tu vida desde el inicio de tu día, tenés que hacer tu invocación, completamente seguro de lo que pensás, decís y sentís, y diciendo SIEMPRE la misma frase que dijiste en las ocasiones anteriores.


Claro está que nadie es perfecto, aún, y es por eso que siempre vas a encontrar algún que otro fallido en tu sentir, en tu idea de lo que deseás, en lo que decís que deseás, en la manera en la que accionás, etc. Lo importante es que constantemente hagas una auto-supervisión para detectar esos desvíos y los encamines hacia donde vos consideres conectado con tu resultado.


Por último, pero no menos importante en absoluto: Jamás pretendas recibir lo que estás invocando tan solo por haberlo invocado. Tenés que accionar, tenés que actuar, tenés que movilizarte. Yo me hice como “ayuda memoria” la siguiente comparación:


El camino a mi resultado es como un camino de tierra. Yo estoy acá, en el inicio, y mi resultado está al final del camino. Para llegar a éste no debo pretender que baje la mano de Dios y me lleve hasta el otro lado (como los cristiano suelen creer que funciona). Sino que, AUNQUE NO SEPA CÓMO HACERLO, avance con los medios que tengo, de la manera que considere que puedo ir avanzando aunque no esté seguro de si es la mejor manera. Ya que hacer algo, siempre va acompañado de cómo hacerlo. Sin embargo, no se puede pretender saber cómo se hace algo, si ni siquiera se está avanzando en hacer ese algo. O sea, si no camino, no voy a averiguar cómo avanzar. Muchas personas, y me incluyo en mi pasado, no saben cómo hacer algo y enseguida se taran; se bloquean y preguntan a viva voz “¿y cómo querés que le haga?” cuando ni siquiera intentaron bajo sus propios medios el hacerlo. Es así como los que intentan más allá de sus miedos de sus “¿y cómo querés que le haga?” que logran todos sus objetivos en la vida. Avanzar por ese camino para luego saber cómo hacerlo, y así seguir avanzando. Ese es el fundamento.


A su vez, en el camino siempre te vas a encontrar con piedras. Cuando estás a punto de llegar a superar una traba en tu vida o que estás apunto de lograr lo que deseás, “¡PUM!”, pasa algo que hace que tu mente piense “¿y ahora qué hago? ¡Esto es imposible!”. Pero no, no es imposible. Esas son tus miedos y limitaciones inconscientes materializadas porque vos no te encargaste de resolverlo. Todos tus traumas, tus limitaciones más y menos profundas, se verán densificadas si vos no les ponés un “parate” de antemano. Muchos piensan que si, por ejemplo, están apurados por llegar a un lugar y pierden 5 colectivos, eso es una señal de que no tienen que ir. Es más, aunque sepa que desea ir, siente motivación a no ir y abandonar su resultado. Sin embargo, esa situación solamente significa que estás yendo por el lugar correcto. Si no se materializan las trabas que tenés en tu mente, significa que no te estás moviendo hacia tu resultado. Sino que estás en un eterno circuito dentro de tu zona de confort sin avanzar hacia ninguna parte.


Siempre, siempre, SIEMPRE que estés a punto de lograr tu resultado, si no tuviste completamente bajo control a tus pensamientos inconscientes, vas a tener una traba que te hará pensar que literalmente es imposible seguir avanzando. Es allí cuando tenés que preguntarte ¿desde dónde estoy emanando esto que se materializó en << “x” cosa>>? Si por ejemplo estás estudiando algo y llega un momento que no lográs adquirir nueva información, pero estás ahí nomás de terminar de estudiar, lo más probable, entre varias opciones, es que estés con tanto miedo e inseguridad, que no te creas capaz ya sea de estudiar todo lo que tenés que estudiar, como de aprobar el examen o el trabajo que tenés que hacer/entregar. Es por eso que siempre, siempre, siempre, y no me voy a cansar de decirlo: SIEMPRE tenés que avanzar aunque parezca que ésto es imposible. Porque las trabas siempre están un paso antes de lograr tu resultado. Tal como lo expresa la famosa frase de “después de una tormenta, siempre sale el Sol” o la frase “el momento más oscuro de la noche es el momento antes del amanecer”, cuando te la veas imposible, es porque estás a un paso de lograrlo. No te rindas y dominá a tus limitaciones, para que vos logres atravesarlas. Y que no solamente logres tu resultado, sino autosuperación. Lo cual, es la verdadera recompensa. El recorrido que se hace es lo que marca el avance espiritual en el que uno está.


Como decía Gustavo Cerati en su canción “Magia”:


“A veces pienso que me pierdo en el camino, pero me guía la intuición. Nada me importa más que hacer el recorrido; más que saber adonde voy.”


Quien tenga oídos para oír, que oiga.


Muchas gracias por leer este post y ojalá les haya aportado y lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo.


Ezequiel


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